
Su historia se remonta a tiempos muy antiguos, y su ubicación en un entorno montañoso ha influido en su desarrollo a lo largo de los siglos.
La zona de Madarcos ha estado habitada desde la prehistoria, como lo demuestran los hallazgos arqueológicos encontrados en la región. Durante la época romana, la zona formaba parte de la provincia de Segovia y se cree que existieron asentamientos romanos en las cercanías.
La fundación del pueblo de Madarcos tal como se conoce actualmente se atribuye a la repoblación llevada a cabo por los cristianos después de la reconquista de la zona a los musulmanes en el siglo XI. En ese momento, se estableció un pequeño núcleo de población que dependía del señorío de Buitrago.
La Iglesia de Santa Ana, ubicada en Madarcos, se construyó en el siglo XII durante la época medieval. Es un destacado ejemplo de arquitectura románica y ha sido objeto de modificaciones y restauraciones a lo largo de los siglos. La iglesia ha sido el centro religioso del pueblo y ha desempeñado un papel importante en la vida comunitaria.
Durante la Edad Media, Madarcos tuvo una economía basada principalmente en la agricultura y la ganadería, aprovechando los recursos naturales de la zona montañosa. El pueblo también formó parte de la red de fortificaciones y defensas de la comarca de la Sierra Norte.
A lo largo de los siglos, Madarcos ha sido un lugar de vida tranquila y rural, manteniendo su encanto y carácter tradicional. La agricultura y la ganadería siguen siendo actividades importantes en la zona, aunque en la actualidad el turismo rural también ha adquirido relevancia.
La Iglesia Parroquial de Santa Ana es un edificio religioso situado en el municipio de Madarcos, en la Sierra Norte de la Comunidad de Madrid, España. Esta iglesia es un destacado ejemplo de arquitectura románica rural y tiene una historia que se remonta varios siglos.
La construcción de la iglesia se inició en el siglo XII, durante la época medieval. Es un edificio de planta rectangular, con una única nave y una cabecera semicircular. Su estilo arquitectónico es predominantemente románico, aunque también muestra influencias góticas y renacentistas.
La iglesia ha sufrido diversas modificaciones y restauraciones a lo largo del tiempo. En el siglo XVII, se añadió una sacristía y se realizaron reformas en la nave. Durante el siglo XVIII, se construyó la torre campanario, que se alza imponente junto al edificio principal.
El interior de la Iglesia Parroquial de Santa Ana alberga valiosas obras de arte. Destaca especialmente su retablo mayor, realizado en el siglo XVIII en estilo barroco. Este retablo está dedicado a Santa Ana, la madre de la Virgen María, y muestra escenas de la vida de la Virgen y de su madre.
Otra pieza notable es la imagen de Santa Ana, que se encuentra en el retablo mayor. Esta escultura de madera policromada es del siglo XVII y representa a Santa Ana sentada con la Virgen María en su regazo.
La Iglesia Parroquial de Santa Ana ha sido durante siglos un lugar de culto y devoción para los habitantes de Madarcos y sus alrededores. Además de su función religiosa, el edificio también ha sido testigo de celebraciones comunitarias y eventos festivos a lo largo de su historia.
La iglesia es considerada uno de los principales atractivos turísticos de Madarcos debido a su valor histórico y arquitectónico. Su estilo románico rural y su ubicación en un entorno montañoso y natural la convierten en un lugar de interés tanto para los visitantes como para los amantes del patrimonio cultural.
Distancia: 12.20 kms.